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¿Cómo prepararte para la Travesía Bololo?

Si eres de los que sienten la adrenalina correr solo con pensar en una buena ruta de mountain bike, seguro ya sabes que una travesía intensa de una mañana no es algo que se toma a la ligera. No importa si eres un experto o alguien que apenas está subiendo el nivel, prepararte bien es clave para disfrutar al máximo y no terminar exhausto (o perdido) a mitad del camino. Aquí te dejo algunos consejos prácticos para que llegues listo y le saques el jugo a esas horas sobre los pedales.

1. Revisa tu bici la noche anterior
Nada peor que empezar el día con un pinchazo o una cadena floja. Dedica unos minutos la noche previa para checar que todo esté en orden: infla las llantas a la presión adecuada según el terreno, revisa frenos, cambios y lubricación de la cadena. Si vas a un lugar con muchas rocas o bajadas técnicas, asegúrate de que las suspensiones estén ajustadas. Una bici en buen estado es tu mejor aliada.

2. Planifica la ruta (y ten un plan B)
Conoce el terreno al que te enfrentas: ¿es una subida constante, un singletrack técnico o una mezcla de todo? Usa apps como Strava, Komoot o Google Maps para estudiar el recorrido, calcular distancias y prever el tiempo. Si no conoces la zona, lleva el celular cargado con la ruta descargada o un GPS. Y por si las moscas, ten en mente un atajo o una salida rápida en caso de que algo salga mal.

3. Carga energía desde el desayuno
No te lances con el estómago vacío, pero tampoco te pases con un banquete que te deje pesado. Opta por algo ligero y nutritivo: avena con fruta, un pan integral con aguacate o un batido con proteína si prefieres algo rápido. Complementa con un café o té si necesitas ese empujón extra. Durante la travesía, lleva snacks fáciles de comer como plátanos, barras energéticas o gomitas de electrolitos para mantener el tanque lleno.

4. Equípate bien
El clima y el terreno mandan. Usa ropa cómoda y transpirable, un casco que no negocias, guantes para mejor agarre y, si el sol pega fuerte, unas gafas y protector solar. Lleva una mochila ligera con lo esencial: cámara de repuesto, multiherramienta, una botella de agua (o camelback si es más tu estilo) y un pequeño botiquín por si hay raspones. Si la mañana pinta fría o húmeda, una chamarra cortavientos no estorba.

5. Calienta antes de arrancar
Aunque estés ansioso por empezar, no te subas a la bici en frío. Haz un calentamiento corto: estira piernas, activa los cuádriceps y suelta los hombros. Un par de minutos pedaleando suave antes de meterle caña también ayuda a que el cuerpo entre en ritmo y evites calambres.

6. Mentalízate y disfruta
Una travesía intensa no solo es física, también es mental. Prepárate para sudar, para esas subidas que queman las piernas y para los descensos que te hacen sonreír como niño. Lleva buena música o, mejor aún, déjate llevar por el sonido de la naturaleza y el crujir de las llantas en el camino. Esto es tan importante como el equipo: si vas con actitud, todo fluye mejor.

Con estos pasos, estarás más que listo para conquistar esa mañana de MTB. Ahora solo queda ensuciarte los tenis, sentir el viento en la cara y, claro, presumir la aventura después con una buena foto.

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